Arquitectura Sustentable
Edificios y espacios urbanos sustentables
 
 

Actualidad

 

LA TELARAÑA MILITAR CON LA QUE EEUU  PRETENDE CONTROLAR AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Mayo 2013

En el comienzo del siglo y con EEUU llevando adelante su cruzada “antiterrorista” con intervenciones militares de gran despliegue en Irak y Afganistán, algunos analistas latinoamericanos pensaban que la región Latinoamericana y del Caribe había dejado de estar bajo la intervención directa del imperio y que ello confería cierto margen de maniobra para encarar acciones de mayor soberanía e independencia. 

Sin embargo la realidad actual demuestra que Estados Unidos, lejos de haber desviado su atención sobre América Latina, no ha hecho más que intensificarla. Los analistas internacionales alertan acerca de razones diversas por las que EEUU tiene un crucial interés en consolidar su presencia militar en América Latina.  Una de ellas son los recursos naturales, dado que la región es una de las zonas más ricas del planeta en agua, minerales y petróleo.

La “cuasi derrota” experimentada por los EEUU en Irak y Afganistán, sumado al desarrollo económico y la emergencia a nivel mundial de China, Rusia, India, Brasil e Irán que genera una demanda creciente de recursos naturales que hoy existen en América del Sur, a convencido a los estrategas imperiales de que ha llegado el momento de volverse hacia su “patio trasero” (tal como lo recordara el Secretario de Estado John Kerry el último 17/04/2013 ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes) para recuperar toda la influencia y capacidad de imposición que pudiera haberse perdido en los últimos años.

Claro que la grave y agobiante crisis económica sin conclusión a la vista, la “poca predisposición” de la población de EEUU para embarcarse en nuevas aventuras militares, el problema que generan los ex combatientes que regresan con sus secuelas de traumas de todo tipo, mas la falta de causas reales que justifiquen cualquier intervención militar, hacen necesarias nuevas estrategias y nuevas tácticas, entre las cuales sobresale la llamada “guerra suave” o “guerra blanda”

Esta consiste en intentar conseguir “más con menos”, o sea apelando a todo el potencial tecnológico disponible para llevar adelante acciones casi imperceptibles pero eficaces que incluyen el control total de comunicaciones (celulares y correos electrónicos) la interferencia electrónica (tanto para comunicaciones como para el “hackeo” de sistemas informáticos – podrían modificarse resultados electorales, por ej.)  Estas técnicas “invisibles” también pueden incluir la generación de enfermedades graves en líderes regionales o la producción de tormentas u otro fenómeno meteorológico inesperado sobre puntos muy precisos. ¿Ciencia-ficción? – Parecen, pero son recursos tecnológicos (algunos difundidos, otros semi-secretos) sobre los cuales quedan pocas dudas que están disponibles no solo para potencias como los EEUU sino para otras como la China, por ejemplo. 

¿Cuáles serían los objetivos que se buscan con estos procedimientos?  - Básicamente la desestabilización de los gobiernos a los que se les destina para preparar cambios de gobiernos y de timón. Para ello se habrán preparado previamente ciertas condiciones de enfrentamientos en el tejido social, con la muy activa y dirigida colaboración de los medios de comunicación monopólicos (los de mayor difusión están controlados desde hace mucho tiempo en la Región y actúan casi unánimemente) y la complicidad de algunos políticos mas ambiciosos que patriotas. Es decir, lo que se denomina la “guerra psicológica informativa”

De tener éxito en su cometido, la intervención de los EEUU quedaría casi desapercibida y los que la denunciaran pasarían por delirantes. De no tener éxito, entonces buscar con tiempo y paciencia la oportunidad de una intervención militar propiamente dicha utilizando drones y alguna que otra tropa mercenaria.

Para ello es que los EEUU van tejiendo lentamente su telaraña de bases militares. Están las tradicionales como Guantánamo en Cuba, las doce bases aeronavales en Panamá, las ocho en Colombia, mas las tres en Honduras y la última en Chile (Fuerte Aguayo) mas bases en Perú, México, las compartidas con Francia en Guadalupe, Martinica y Guayana francesa, sin olvidar la base inglesa de Malvinas, entre otras. Todas ellas tienes personal militar permanente y armamentos ofensivos.

A éstas tradicionales se suman las “especiales”. En la mayoría de los casos, las bases son 'disfrazadas' de típicas viviendas de bajos recursos o misiones humanitarias, como campañas de vacunación o programas de ayuda en caso de catástrofes naturales. Estos ingenieros o médicos son militares capaces de poner una vacuna o proyectar un puente, así como de disparar o diseñar cualquier tipo de ataque. En el caso de que algo 'se salga de control', la existencia de esas bases "sui generis", permite a Estados Unidos alcanzar rápidamente cualquier lugar del continente por aire y mar. En la jerga militar se las llama “nenúfares” porque se puede avanzar saltando de una a otra.

También completa el panorama el entrenamiento brindado a fuerzas locales, como el realizado  por las  fuerzas especiales llamadas “Navy  Seals” a los fusileros uruguayos o el entrenamiento permanente de “comandos” al ejército hondureño o  las   previstas próximamente  a   las   tres  fuerzas  militares paraguayas en el Chaco Paraguayo.

Todo ello forma parte de una estrategia de dominación mundial que incluye en todo el planeta la instalación de unas mil bases militares. No hay dudas que se aproximan tiempos muy tensos, sobre todo después que ha quedado en evidencia que el sistema político-económico-social de EEUU no enamora mas a nadie.

22 de abril de 2013

 

 


Volver a Actualidad

 

 

Related Links: