Arquitectura Sustentable
Edificios y espacios urbanos sustentables
 
 

TEATRO DE BEIJING

 

 

 

UN EDIFICIO DE FORMA PERFECTA

El Factor de Forma

El intercambio de un edificio con el Ambiente que lo rodea se produce por la envolvente. A través de la envolvente el interior de un edificio intercambia energía, visuales, ruidos, a veces olores u aromas, con el exterior. Por una cuestión de equilibrio físico las temperaturas interiores tenderán a igualarse con las exteriores, fluyendo de las más calientes hacia las mas frías, en un intercambio térmico que según las épocas del año tendrá sentidos opuestos. También las presiones internas tenderán a igualarse con las externas y el viento penetrará al interior en la medida que su presión sobre los calados de la envolvente sean mayores que la presión interna.

Por lo tanto si un edificio muestra un volumen interior importante envuelto con una superficie moderada de la interfase exterior-interior (la llamada envolvente) su rendimiento será mas eficiente térmicamente (ya que tendrá una superficie menor por donde intercambiar diferencias de temperaturas) incidirá menos el viento y también será menor la posibilidad de que penetren los ruidos externos.

 

Este es uno de los principios de la conservación de la energía en los edificios, el llamado "factor de forma" que relaciona el volumen contenido con la superficie de la envolvente. La esfera es la forma ideal en este sentido porque contiene mayor volumen interior por cada m2 de superficie de envolvente. Esta no es una relación fija sino que mejorará en la medida que aumente el volumen contenido.

La esfera es una forma poco apta para ser ocupada. En cambio una semiesfera tiene muchas mas posibilidades de ser adoptada como una forma posible para un edificio y de hecho las semiesferas han sido formas adoptadas por la Arquitectura desde hace muchos siglos. Si la semiesfera está apoyada n el suelo, su factor de forma será exactamente igual al de la esfera, porque el intercambio a través de ese plano horizontal contra el piso será despreciable y por lo tanto no computable en el análisis del factor de forma. Con igual criterio una cúpula en lo alto de un edificio tendrá en si misma el mejor factor de forma posible.

Como comparación con este ejemplo y a igualdad de volumen interior, toda otra forma geométrica tendrá peor factor de forma, ya sean estas pirámides, conos, cubos, prismas o cilindros.

Pero hay formas que, sin ser esferas, presentan un muy buen factor de forma. Son las formas derivadas de las elipses y parábolas de revolución. Las elipses generan volúmenes con formas similares al huevo. Estas formas presentan también grandes ventajas estructurales ya que permiten cubrir volúmenes con los mínimos espesores de materiales estructuralmente resistentes. Son las estructuras que trabajan "por forma" según la jerga habitualmente utilizada. El mejor ejemplo es precisamente el huevo de gallina.

El Edificio de la Opera de Beijing

El edificio de la Opera de Beijing es uno de los edificios monumentales con los que la emergente República Popular China trató de mostrarle al mundo el potencial económico y tecnológico alcanzado y su apuesta por la modernidad. La ocasión eran los Juegos Olímpicos del 2008.

Con cierta perspectiva de tiempo vemos que ese esfuerzo gigantesco dejó varios edificios de interés, ya sea por su propuesta tecnológica, lo audaz y creativo de su concepción y su escala, pero que al mismo tiempo son edificios aislados, sin ninguna conexión con el lugar, culturalmente extraños, diseñados por arquitectos globalizados a quienes el sitio en si o las improntas locales no les significan nada.

La excepción a esta generalidad es el edificio de la Opera de Beijing. Dentro de su monumentalidad es un edificio de gran belleza, impactante simplicidad y fuerza. No dudamos en ubicarlo como la mejor expresión que ha dado la Arquitectura Monumental de este siglo en esta primera década.

¿Cuáles son las características que consideramos destacables de este edificio? - En primer lugar su forma perfecta con un excelente factor de forma y una predisposición estructural elogiable.. Luego la manera como esa masa de agua que lo rodea completa la propuesta. No solo es un elemento de arquitectura que logra efectos estéticos muy acertados, sino que además constituye una masa térmica moderadora de gran valor para una mejor eficiencia energética del edificio. En tercer lugar nos parece muy acertado ese hall de acceso subterráneo y subacuatico que propone un recorrido rico en emociones y matices y nos conecta con la idea de que usar el suelo y enterrar partes importantes de un edificio (no solo los locales auxiliares) puede dar ventajas de diferente tipo.

También consideramos un interesante aporte la cubierta revestida con titanio que no solo refleja al cielo en todo momento y desmaterializa de día al edificio, mitigando el contraste de su impronta con respecto al medio urbano que lo contiene, sino que al reflejar la radiación solar recibida, contribuye en el verano a disminuir la carga y el impacto térmico que la misma produce.

En síntesis, vemos en el edificio de la Opera de Beijing diseñado por el Arq. francés Paul Andreu, un "clásico" que adopta y propone varias de las técnicas que la Arquitectura Sustentable aconseja en pos de edificios mas "amigables" con el Ambiente.



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